lunes, 18 de julio de 2016

Humildad

El término humildad (deriva del latín «'hŭmĭlĭtas,1 ātis, f. humilis'») tiene varias acepciones: como virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, como bajeza de nacimiento -de clase baja u origen pobre-, y como sumisión. Se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios logros y virtudes y de reconocer sus defectos y errores.

Humildad como virtud

El término no solamente se traduce como humildad sino también como bajo o de la tierra y humus, ya que en el pasado se pensaba que las emociones, deseos y depresiones eran causadas por irregularidades en las masas de agua que se encontraban bajo tierra.
Miguel de Cervantes dice en el famoso Coloquio de los perros que: "La humildad es la base y fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea."1
Opina así el príncipe de los ingenios que la modestia y la discreción mejoran las demás virtudes y enriquece la personalidad.
Desde el punto de vista virtuoso, consiste en aceptarnos con nuestras habilidades y nuestros defectos, sin vanagloriarnos por ellos. Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia. Una persona humilde no es pretenciosa, interesada, ni egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente auto-suficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.
Hago una reflexión en voz alta:
La humildad es una actitud. Cuando llegas a tener delante a personajes soberbios, desde el monje y/o el cura, el tirano y/o político o el rico/poderoso; cada uno hemos tenido nuestro proceso. Desde que nacimos hemos convivido con nuestros padres, hermanos, familia, amigos y con todos los seres vivos que nos rodean y seguro (por lo menos a mi me ha pasado), nunca, nunca me ha gustado que me traten con soberbia que es lo contrario de la humildad.
Pretendo que mis relaciones con los demas, desde los mas cercanos, hasta los que no me conocen, sean humildes. Entendiendo Humildad, no la humildad piadosa, no la que tiene que ver con la pobreza ni con la sumisión, sino la que etimologicamente viene de “humus” como bajo o de la tierra.
Prefiero llevar interiorizada la humildad que consiste en hacer explicito el conocimiento de mis propias limitaciones y debilidades, para conseguir que no sean relevantes los soberbios monjes, los soberbios tiranos, los soberbios ricos... Ni mi pareja, ni mi padre.....
Es una reflexión rápida, pero me ha nacido exponerla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario